Por desgracia, este libro es una obra de ficción. Ojalá no lo fuera. Cada día resulta más claro que la revolución es la única opción verdadera que nos queda. Puede sonar ridículo hablar de "revolución" en este momento; pero es mucho más ridiculo hablar de seguir con esta situación. Cada día estamos más contra la pared: aumento del ritmo de trabajo, desaparición de derechos sociales, malos tratos policiales, ataques a nuestras comunidades, deportaciones, destrucción del medio ambiente... Por no hablar de la frustración diaria y el aburrimiento que produce vivir en un mundo gobernado por el dinero, en el que nos matamos a trabajar para los pocos que viven del lujo.
Por todo el mundo - Corea del Sur, Polonia, el sur de Yorkshire, todo el planeta- la riqueza y el poder estan en manos de una ínfima minoría. Pero eso no quiere decir que lo hayamos aceptado siempre. Una y otra vez hemos luchado para demostrar que no somos impotentes: En Euskal Herriak, Francia, Alemania, Gran Bretaña, Sudáfrica, Rusia, Chile, Argelia, Estado Español, Birmania, América y en todas partes. En el campo, en las calles y en las fabricas, nuestra historiaes una historia de revuelta y rebelión. Una historia de supervivencia, solidaridad, apoyo mutuo contra un enemigo casi imbencible.
Este libro no trata de cómo hacer la revolución, por que no hay respuestas precisas. Y la gente que dice que tiene la respuesta precisa es la misma que intentará dirigirnos: los politicos y los burocratas que son un obstáculo tan importante para el cambio real como la clase gobernante. Cuando luchamos, no lo hacemos sólo contra los tribunales, la policía, la prensa, etc. Nos vemos bloqueados, desgastados, atacados en cada ocasión por los partidos de la izquierda y los burocratas sindicales. Quieren sabotear nuestras luchas, contener nuestra rabia y mantener dispersas nuestras peleas, cuando sabemos que la única manera de salir de este mundo podrido es organizarse y seguir juntos. La solidaridad es la fuerza. Solo podremos crear un mundo de libertad, igualdad y pertenencia a una verdadera comunidad destruyendo sus divisiones de raza, sexo, oficio, edad y nación, y dándonos cuenta de cuáles son nuestros intereses y enemigos comunes
La revolucion significa muchos tipos de cosas para muchos tipos de gente. Pero desde luego no significa cambiar un grupo de jefes por otro. Una revolución es un cambio total y completo de la forma en la que vivimos: no se parecerá a nada que hayamos conocido antes. No es sólo cocteles molotov, armas y atacar a los jefes. La revolución también significa poner fin, de una vez por todas, a un mundoen que las personas son tratadas como cosas, y en que las cosas (dinero, detergente, las viviendas de Longs) son tratadas con más atención que las personas. Significa hacerse con el control sobre nuestras vidas y empezar a producir para resolver nuestras necesidades y no para aumentar sus beneficios. Significa poner fin al hambre, a la pobreza, al aislamiento y al egoísmo, para que podamos realizar plenamente nuestro potencial de fuerza, inteligencia, imaginación, amor y respeto.
Por todo el mundo - Corea del Sur, Polonia, el sur de Yorkshire, todo el planeta- la riqueza y el poder estan en manos de una ínfima minoría. Pero eso no quiere decir que lo hayamos aceptado siempre. Una y otra vez hemos luchado para demostrar que no somos impotentes: En Euskal Herriak, Francia, Alemania, Gran Bretaña, Sudáfrica, Rusia, Chile, Argelia, Estado Español, Birmania, América y en todas partes. En el campo, en las calles y en las fabricas, nuestra historiaes una historia de revuelta y rebelión. Una historia de supervivencia, solidaridad, apoyo mutuo contra un enemigo casi imbencible.
Este libro no trata de cómo hacer la revolución, por que no hay respuestas precisas. Y la gente que dice que tiene la respuesta precisa es la misma que intentará dirigirnos: los politicos y los burocratas que son un obstáculo tan importante para el cambio real como la clase gobernante. Cuando luchamos, no lo hacemos sólo contra los tribunales, la policía, la prensa, etc. Nos vemos bloqueados, desgastados, atacados en cada ocasión por los partidos de la izquierda y los burocratas sindicales. Quieren sabotear nuestras luchas, contener nuestra rabia y mantener dispersas nuestras peleas, cuando sabemos que la única manera de salir de este mundo podrido es organizarse y seguir juntos. La solidaridad es la fuerza. Solo podremos crear un mundo de libertad, igualdad y pertenencia a una verdadera comunidad destruyendo sus divisiones de raza, sexo, oficio, edad y nación, y dándonos cuenta de cuáles son nuestros intereses y enemigos comunes
La revolucion significa muchos tipos de cosas para muchos tipos de gente. Pero desde luego no significa cambiar un grupo de jefes por otro. Una revolución es un cambio total y completo de la forma en la que vivimos: no se parecerá a nada que hayamos conocido antes. No es sólo cocteles molotov, armas y atacar a los jefes. La revolución también significa poner fin, de una vez por todas, a un mundoen que las personas son tratadas como cosas, y en que las cosas (dinero, detergente, las viviendas de Longs) son tratadas con más atención que las personas. Significa hacerse con el control sobre nuestras vidas y empezar a producir para resolver nuestras necesidades y no para aumentar sus beneficios. Significa poner fin al hambre, a la pobreza, al aislamiento y al egoísmo, para que podamos realizar plenamente nuestro potencial de fuerza, inteligencia, imaginación, amor y respeto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario